Este artículo es un extracto del pequeño libro: "Historia del Equipos de Fútbol de l Facultad de Psicología" de Julián Marino... Se trata de los héroes y las leyendas del equipo, desde 1993 a 2001, porque en un Ale Gimeno, Emi Bergoglio o Beto Trapaglia se encuentra el espíritu de los Socios Fundadores, aquellos que fueron imprimiendo el estilo dalla costeano de construir el fútbol...
HEROES Y LEYENDAS DEL EQUIPO
En esta sección aparecen los nombres de algunos a los que he visto transpirar la camiseta de la Facultad. ¿Por qué unos y no otros?
Es una decisión personal el volcar un breve recuerdo a través de unas líneas, a quienes por su carácter de “personajes”, por su singularidad, por su dedicación y su pasión, le han dejado a este equipo cierta personalidad bien definida.
Al no ser este el equipo de un club y no ser precisamente jugadores de fútbol con dedicación exclusiva los que han formado sus escuadras, se podría pensar en cierta falta de identidad y de constancia en sus presentaciones. Sin embargo, una tesis personal me permite pensar que nuestra facultad ha sobrepasado esos límites por las características poco habituales de sus jugadores, porque hubo algunos que han dejado muchas cosas por vestir su camiseta, y porque se ha formado una amistad general entre sus miembros que ha desafiado el anonimato al que podría verse confinado.
Hay símbolos que nos reúnen, hay palabras y recuerdos que a todos nos convocan, pero, sobre todo, hay nombres que al evocarlos no dejan de suscitar una sonrisa, por alguna razón, seguramente no muy lejana a la psicopatología. Seguramente en los jugadores que se mencionarán hay cierto deseo oscuro que lo ha arrastrado en primer término a las aulas de la facultad, y en segundo término, a este equipo de bohemios y sin un principio de realidad muy asentado... (“locos lindos” de alguna manera...)
Un homenaje entonces, por las horas dejadas en la cancha número uno, por los parciales a los que se llegó tarde y se dejó de estudiar, por las materias que quedaron postergadas corriendo en círculos tras un estado físico que nunca llegó, y por los asados y los malos vinos que supimos tomar para vengarnos de algún nueve certero y para festejar algún error propio que terminó en la otra red...
De los muchos, muchísimos que han pasado por este equipo, quiero presentarle a éstos...
Sergio “el Checho” Arch: Jugador símbolo, oriundo de Vespucio, provincia de Salta. Supo integrar los planteles más atormentados de la historia de este equipo, incluso anteriores a esta reseña, jugando en todos los puestos que uno puede considerar, excepto el de arquero. Reconocido por su personalidad dentro y fuera del campo, con chapa de líder, supo introducir la cumbia y el cuarteto en el plantel, además de ofrecer su conocido departamento para las reuniones sociales que iniciaron múltiples salidas nocturnas. Dentro del campo de juego ha sabido combinar destreza técnica con vehemencia, que en este caso es un eufemismo con el cuál sustituimos una realidad poco creíble para sus tiernos alumnos de jardín de infantes: tiene cuatro tibias, dos peronés y un fémur de diferentes rivales colgados como trofeos en las paredes de su habitación.
Maximiliano “el Maxi” Peralta: Otro veterano caudillo del plantel. Como muchos otros jugadores, pertenece a ese pueblo del sur de Córdoba llamado Alejo Ledesma que debe haber sufrido una notable sangría al dejar partir a varios de sus muchachos para esta facultad. El Maxi se ha destacado notablemente tanto en lo futbolístico como en lo político del plantel, arrastrando en su currículo heroicas actuaciones en puestos que oscilan desde aguerrido marcador de punta hasta elegante enganche creativo. Ha sido también director técnico y jefe de algunas revueltas, y figura indiscutible en los asados y rondas de humor. Se destacó, además, por un increíble calambre en las dos piernas en un mismo momento, pero en la actualidad ha dejado atrás aquellos contratiempos dedicándose con esfuerzo a trabajar su estado físico para continuar poniendo el pecho, como de costumbre, al servicio del equipo.
Fernando “el Negro” Palacios: Defensor dotado de un coraje único, director técnico en las más difíciles, caudillo, junto al Checho y al Maxi en las horas más convulsionadas del Team. Carismático como pocos, este profesor de natación ha empujado el equipo en varias oportunidades a triunfos que parecían imposibles. Dirigió aquel recordado escuadrón que llegó a semifinales, y siempre, aunque no juegue, se lo ve al costado de la cancha animando a los que visten la camiseta de Psicología ( de la mano de algún hijo, que seguramente no le va a faltar).
Fernando “el Negro” Agüero: Talentoso volante, luego director técnico, uno de los más dotados con el balón de los que ha pisado la Facultad. Cordobés, de Bella Vista, condujo el equipo que se alzó con el campeonato nocturno de invierno del 2000.
Fernando “Petaco” Mercado: Jugador diferente, de toda la cancha. Mendocino de origen, cordobés por adopción, delantero potente, veloz y goleador. Representa a la Facultad en el seleccionado de la Universidad, pasó por clubes oficiales como Huracán de Barrio La France y es uno de los mayores goleadores de toda la historia. Su afición por la cumbia y el cabaret no disminuyen su rendimiento, al contrario, parece que lo potencian. Amante del cine, su realización más probable es “Cómo encontrar una jujeña en Munich” habilidad que parece tenerlo como destinatario único.
Fernando “el Tano” Fiore: Rafaelino de paso fugaz pero que dejó una profunda huella. Dotado de gran habilidad, marcó con su ingreso la más cercana ilusión a un campeonato. Propietario de un conocido boliche en aquella ciudad de Santa Fe, los fines de semana se alejaba para atender los reclamos de las mujeres que en esa ciudad lo conocían aún más que a Jesucristo.
Cristian “el indio Mercusero” Beltrán: Marcador de punta de Marcos Juárez, hoy profesor de historia. Al ritmo de Bob Marley desbordaba la punta y derribaba rivales, con sus anteojos oscuros sujetando sus largos cabellos negros. El indio fue uno de los pocos jugadores que, prendidos a la ideología del Bocón, pretendió que concentráramos en su casa de Carlos Paz. Pocos pueden imaginar lo que hubiese resultado de haberse realizado aquello...(sobre todo si al otro día había que jugar).
Enrique “el Quique” Bogni: ¡Qué jugador! El Quique Bogni, número cinco de excepción. Manija del equipo del ´93, hoy excelente titiritero y promotor cultural en barrios carenciados de córdoba. De lo mejor que ha pasado por nuestras filas.
Javier Gramajo: Chaqueño de Roque Sáenz Peña, número ocho y número cinco dinámico y leñador. Un poco colgado, como la mayoría del equipo, supo ponerse el equipo al hombro. Le cuesta menos llegar a tiempo y robar una pelota difícil en los pies del diez rival que darse cuenta a que día y a que hora se juega el próximo partido...
Gonzalo Marull: Autor de la maratón de Teatro, fundamental para el plantel por su personalidad. Defensor dotado de gran plasticidad, puede jugar también de volante. Es hincha de Central, pero puede ponerse la de Newell´s sin ningún problema, lo que expone su flexibilidad. Es modelo de televisión, actor de resonancia en la ciudad, un jugador muy completo, en definitiva.
Juan “el Kirka” Marull: Si bien no ha tenido las oportunidades que merece este habilidoso volante, hincha de la Lepra rosarina, debemos decir que es el más fachero de cuántos han integrado el equipo, además de promisorio pintor. Es uno de los pocos jugadores en la historia del fútbol mundial que ha sido reprendido por un árbitro por entrar a una cancha con la gorra de Bob Marley...
Miguel “el Lole” Cerf: Flaco como pocos, rápido como ninguno, goleador desconcertante. Hincha de Ferro, cordobés y mozo de un bar del centro, el Lole supo encarnar el prototipo físico del jugador de Filosofía y Humanidades.
Alberto “ el Beto” Trapaglia: Hace poco que ha llegado de Telén, La Pampa, pero ya se merece un lugar en esta humilde Hall of Fame, por su temperamento y condiciones como defensor. Tiene la cinta de capitán, y por su posición en la facultad, parece que la va a tener muchos años más. Heredero de la historia del equipo, parece que va ser uno de los encargados de escribirla en el futuro. Por lo menos en los asados y en los boliches así lo demuestra...
Martín “Polémica” Pardo: A pesar de no pertenecer a las aulas de la facultad, ha sido adoptado, como uno más de la banda de Alejo Ledesma. Número cinco tiempista y de buen manejo, supo gritar “hacélo o te mato” en aquel recordado gol a Fisioterapia. Esa situación, anecdótica, tiene la capacidad de describir un poco su situación social en la cancha.
Gabriel “Jilguero” Righetto: Junto al Beto Trapaglia, otro de los nuevos que están llamados a mantener el fuego encendido. Luchador en la cancha, va a los pies como ninguno, pero fuera de ella, y en la noche, es donde se ve un verdadero pez en el agua...Ahí le da con las dos piernas y convierte seguido. Por varios años más, un caudillo...
Andrés “el pelado” Dalla Costa: Marcador de punta más original, no hay. Supo apoyar su miembro en las caderas de un rival cuando el partido así lo exigía, sabía correr rivales con el tesón de un halcón y discutir con Petaco por su edad con la porfía de un buen sabueso. Desde que el Perugia compró su pase no se hace más que extrañarlo...
Jorge “el Monchi” Mir: Al igual que Pardo, sin pertenecer a la Facultad ha sido incorporado como uno más. Llegó a dirigir el equipo tanto como a cuidar sus vallas, con una seriedad que contrasta con el resto del grupo. De Alejo Ledesma y de la Academia, sus relatos serán oídos en el sur cordobés de ahora en más...
Eduardo “el Pato” De Robertis: Todo un emblema de un equipo donde jugaba...hasta el Pato de Robertis!!! Marcador de punta que de vez en cuando acertaba a la pelota, más conocido como dirigente del Frente Grande en la Facultad y organizador de cuánto quilombo pasaba cerca de sus pies. Con él, a semifinales en el ´93...
