miércoles, 28 de mayo de 2008

LA PATAGONIA ES DE DALLA COSTA

Voy camino a Comodoro, por la ruta 3. Está nevando y las copas de los álamos dejan caer su lamento blanco entre las piedras y las matas, grises. Hay camiones al costado, el cerro que demarca la entrada a la pingüinera tiene la cresta blanca y hay camperas rojas jugando por su ladera. El cielo tiene nubes y cenizas, todo blanco, con fondos y matices grises, y hay algunas gaviotas que vuelan saladas huyendo del mar, porque hay viento del este.
Sin embargo, lo más asombroso ocurre en el bar de la Esso: tres muchachos y dos chicas toman un café, de la mano, con las camisetas de Dalla Costa puestas. Amarrada a uno de los asientos, una bandera negra y blanca dice: Chubut es de Dalla Costa.

Me detengo a revisar la inscripción y sonrío, incrédulo, cuando una de 24, que sale del baño, musita: Vos no jugás en el albinegro?
Todos se dan vuelta, y me miran: si- dice el muchacho- es Peralta, el del codo luxado!
- No, por las canas ya debe ser el tío (y se ríen).


En Trelew, por esas cuestiones de la distancia y la falta de equipos locales de fuste, se han hecho fanáticos de la Liga Jujeña en Córdoba. Entran a la página (siempre desactualizada) y protestan porque recién los viernes está la información. Entonces, varios han entrado al blog del Deportivo, y, conociendo a sus “players”, se han hecho hinchas.


¿Es cierto que Marquitos Luna comió naranjas en Budapest, y se las tiró a un diputado?- me dice una morocha, más bien petisa.
¿Y es cierto que El Hombre Trompeta inflaba globos de forma profesional, y que era el único que hacía el escorpión con una tanga en la cabeza? – pregunta una colorada de pecas.
No te puedo creer, Peralta, que estés acá- me dice la de 24, que mirándola bien, tiene labios como aceitunas, ojos de almendra y una perfecta nariz trigueña, entre sus cabellos también morenos y lacios. Y tiene un cuerpo firme, de cruz, y piernas cubiertas por el frío, largas.


Deme un beso, Peralta. Y cuénteme de España.


Yo no la saco de la confusión… En el nombre del equipo, accedo a la pasión y entre las piedras duras y las estalactitas colgantes le grito el gol a Indiana.
La mayor parte de la ciudad es hincha de Dalla Costa, pero en algunos barrios, los más acomodados, hay fanáticos de la Legión y de Hurlingham. Los más populosos hinchan por Estación Flores y Chupanqui, las señoras recién operadas de los pechos y con colágeno en los labios son de San José, los abogados y los garcas se han hecho “supporters” de Porto Fino e Indiana. Los pibes de la plaza son del albinegro, así como los docentes y los estudiantes de historia. En los cafés hay dos viejos de Los Perales, y las minitas de 15 a 17, de los colegios secundarios, son “fanas” del Klan del Felpa.
En el puerto, los obreros izan la albinegra, a la mar, y prometen entregarnos una sirena a cada uno, o un kilo de merluza, si ganamos al menos una definición por penales…


- Che- me gritan desde el Santa María, protectora de los pescadores- que Marull no sea careta y haga Kinotos al Rhum acá, con lo muchacho...- y revolea una palometa como poncho, sin dientes, recortado en gris...- Dalla có... Dalla có...


Otros trapos vistos por la ciudad:


- Viva Dalla Costa

- Basile, el Santi es argentino

- Simeone, el Emi también chupa

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