UN VERANO ALBINEGRO

Pasar un verano con formato dallacosteano no es fácil, sobre todo porque sus normas requieren un completo acatamiento, y esto para garantizar que acreditamos en las ISO 9001, tal como lo propuso la comisión directiva en marzo. Al estilo DSM IV, pero prescriptivo, no fenomenológico, acá van los requisitos para acreditar que usted pasó un verano al Dalla Costa Style of Life. Si lo logra, debe presentar evidencias a fines de febrero, y el consejo de ancianos le entregará la Empanada de David, un nuevo premio que se instaura para los partidos del 2009, y tiene la ventaja de ser fácil de otorgar, porque uno las pide y nunca llegan…

Punto Uno: un verano dalla costeano admite el uso de filtro solar 15, no menos. El mismo se debe colocar primero en rostro, luego torso y baja hasta piernas.

Punto dos: la malla debe tener al menos un 30% color blanco. No se pueden comer helados con la malla puesta. La literatura de verano debe ser alemana, es decir, se recomiendan Herman Hesse, Heinrich Böll, Thomas Mann y hasta Goethe. No consumir literatura hispánica: totalmente OUT los García Márquez, los Gabriela Mistral, los Cortázar, etc… Totalmente OUT. Eso es PARIPOLLO, que en Dalla Costa es como decir: no podés, grasola, no podés

Punto tres: Dalla Costa se define como movimiento de masas al servicio de los más altos intereses de Paul Gaultier e Yves Saint Laurent. A la moda cósmica, sin importar los relés intermedios. Entonces, se acusa de Grasola Paripollo a todo aquel que brinque milanesa en una plaza de Once. Dalla Costa no come vidrio: Nunca más

Punto cuatro: no es dalla costense ir a Punta del este. No lo ES. Ni lo será. Uruguay es territorio de papeleras. Ahí se levantó artigas contra nuestra nación. Abreu sigue haciéndose el pendejo. Preferimos el pebete de lechuga y tomate. No queremos a Uruguay, al menos como hombres.

Punto cinco: En el mano a mano, siempre definir a la izquierda. Si hay picado playero, levantar arena. Si hay que cruzar a un perejil de ojotas, se puede. No hay partido fácil ni amistoso: si cuatro pibitos de balde y palita tienen una pulpo de goma, se les juega por la cerveza. Y si hay que pegarles hasta a los padres, se hace: Argentina es anomia, hay una inminente revolución y ya no hay valores morales. Morales Neumann, a Godoy Cruz. Y los demás, al agua pato. Es palabra de Dalla Costa.

Punto seis: quiénes son tus verdaderos amigos? Y tus puntos de angustia? Eso lo puedes leer en el libro: “Cocinando con el tucán albinegro” escrito por varios jugadores del mismo: te enseña a cocinar desde panchos hasta hamburguesas y mientras tanto, te muestra como es la vida, de la A a la Z.

Punto siete: sexualmente, hay gónadas. Hay hormonas. Hay arena y pasto. Hay insectos, hay larvas, hay torrentes de fellatios. Hay lúgubres mormones. De este modo, y como conclusión, le damos la derecha a Hortensio Quijano.

Punto ocho: llevar la camiseta de Dalla Costa a todos lados, sacarse una foto y enviarla al museo para hacer la colección: Dalla Costa copa. Fotos en Patagonia, en Mendoza, en Israel, en Salta y todos los puntos donde un player vaya desparramando onda jugosa. De limón.

Punto nueve: se declara persona no grata a Alejandro Mancuso. Se acusa de error histórico el abandono aliado de los sudetes checos a la germanofilia del siglo pasado. Se acusa de fraude colectivo a la privatización de Entel. Se desea revisar todo el linaje de los Alsogaray para hacer justicia nobiliaria.

Punto diez: Dalla Costa es nuestro nombre, que salió y saldrá campeón. No importa que perdamos, nos importa el Alfajor.