sábado, 19 de abril de 2008

PRIMERA FECHA DEL TORNEO APERTURA: DALLA COSTA 5 : KLAN DEL FELPA 0


Empezó el Torneo Apertura de la Liga Jujeña y Dalla Costa derrotó por 5 a 0 al Klan del Felpa de Río Cuarto. Los goles (4 en el primer tiempo) fueron convertidos por Hernán (2), Julián (2) y Ale Gimeno, que utilizó la comba Richmond en repetidas oportunidades.

Rolo Allemañi (alfajor de Oro) fue el símbolo del primer tiempo: toques rápidos, desconcierto veloz y contundencia; mientras Hernán penetraba la defensa con potencia, Maxi y Santi rechazaban centro y salían a cortar con la intención de generar juego; Emi pegó una fuerte patada por placer y repetía: “a mi me gusta” y miraba al banco, y su pantorrilla quedó lastimada.
Polémica Pardo tenía cuentas pendientes: habían lastimado su honor, y la de su amigo el Gonza. Y eso había originado más de un sueño punitivo, charlas marrones, deseos de lluvia fría. Ale Gimeno marcó, cruzó y se proyectó como el Roberto Carlos de Cuyo. El árbitro, Quique, había quedado sensible después de la cacofonía frente a Merengues. Los jueces de línea también escuchaban los constantes quejidos del equipo del sur de Córdoba, que decían:

- árbitro, usted nos perjudica
- siempre cobra para ellos, que nos lastiman
- ellos podrían ser nuestros padres…

Argumentaciones repetidas, tonadas variadas, la misma canción, de protesta, de impotencia. A veces hacemos lo mismo, pero nos vamos a corregir.
El número nueve verde, la estrella apodada Bruno Laucha, amonestaba a sus propios compañeros. Cuando un equipo se comporta así, es una especie de gol mental.
Hay quienes se relamen con una parrillada. Corta y precisa. En el segundo tiempo entraron Ariel, Marcos, el Fede, David, Hugo…

Sospechamos que tantos quejidos provocaron una inclinación en las decisiones del señor juez… lo sospechamos, sin darle tanta importancia. Después fuimos a Lugones y Plaza España, arrojados en un banco, y desde un Fiat Uno gris nos insultaron. Comíamos criollos, tomábamos gaseosas, y a través de las botellas se veían restos de una mucosa naranja y blanca.

En el historial vs. el verde de Río Cuarto, en cuanto a goles, llevamos una clara diferencia a favor.
En la foto, una imagen de Río Pico, al sur de la provincia de Chubut: Nalbandian pesca truchas allí, junto con extranjeros; es difícil llegar, pero Dalla Costa puede ir en el verano, alquilando cabañas, durmiendo sobre listones de madera.

6 comentarios:

  1. Gracias Deportivo Dalla Costa!!!!... por la maravillosa jornada futbolera ...(encima ganó Taiere).
    Con prestancia, precisión, orden y juego bonito arrancamos muy bien este Camponato.
    Linea de fondo impecable (se aburrió nuestro Guardameta). Mediocampo equilibrado y sacrificado. Delantera infalible.

    Me encanto eso de: ... "podrían ser nuestros padres" (Y lo fuimos)

    Un abrazo de gol (x 5) Muchachos!!!

    El Negro David

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  2. Que se puede decir después de ganar 5 a 0. Y en una especie de clásico:
    - Que soy por este fin de semana feliz.
    - Que el hecho de que mi mujer me haya hechado a las 3 de la mañana arrojándome un mínimo bolsito a la calle pasa a un segundo plano.
    - Que nadie entiende/siente la pasión futbolera como la entendemos/sentimos nosostros.
    - Que en mis retinas en este domingo en donde River se enfrenta a Central sólo permanecen los abrazos de gol que nos dimos con Hernán, Juli y el Ale. Y a esta altura me importa un carajo si se abrazan Vizcarra con el Kily.
    - Que amigos son los que salen a defender el honor de sus hijos a la cancha y dejan el botín un tanto inclinado hacia arriba.
    - Y que me emocionan profundamente los discursos del Rumano Peralta, los relatos de este blog y la unión del grupo.

    Abrazo para todos.

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  3. Y qué padres!!! jajaja.

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  4. Uno no se acuerda, pero en algún momento le tiraron algo redondo a los pies y lo cagaron a pedo cuando lo fue a agarrar con las manos. Y cuando le sacudió una patada seguro la enganchó mordida y se fue al suelo, o quedó tambaleando y calibrando lo jodido de la proeza. Pero ahí, en ese preciso instante, uno recibió El Premio, porque el resto no son nada al lado de ese ¡bieeen! de papá, o de quien sea que esté haciendo de él. Con los contenidos de ese aliento podría escribirse un libro, y van desde “mirá si me sale un Diego” hasta “con ese zapatazo, puto no me sale seguro... vamos carajo!”.
    Después se hace cada vez más simple, y después ya es: cosa redondita = patadón. Y vienen los jueguitos, y en la pieza, recién bañado y en calzoncillos, no desenrollás las medias sin antes dominar un poquito el bollo, y te salen 3, 5... diez!!! Sí!! Vení, vení!! Llamás al que ande más cerca, aunque sea tu hermana, o tu vieja. Y la tenés aburrida un rato pero a los diez no llegás ni a palos. Y ya te calentás mientras le decís que antes te había salido, y te creen de corazón, y te calentás más.
    El hecho es que con aquél ¡bien! paterno uno nace, porque la definición de hombre va de acuerdo a su lugar y tiempo. Una vez fue animal racional. Pero vos hermano, igual que yo, sos animal futbolero. El fútbol te recibe con esa media pifia seguida de un aliento tan intenso que la poca o mucha razón que uno pueda tener entonces se queda bien en bolas para entenderlo. Y de ahí en más la cosa no cambia: están los hechos que se entienden, y después está la vida!
    El agua bendita tampoco nos funcionó mucho. El fútbol en cambio siempre nos supo contener. Porque él contiene la vida hasta dominios que algunos ni imaginamos. Nació sin tele, pero se acomodó a ella y hasta a la Play. Lloramos los viejos con los mercenarios modernos, pero eso y el merchandising y el jugador-actor son religión de ahora.
    Y uno sigue la bocha endiosada y endiablada, inmaculada y envenenada.
    En un momento dado, en la plaza o en la vereda, se agrega un tercero, y jode! Bueno, un poco jode y otro poco estimula, y ya la tocamos para los lados y el fútbol nos sigue metaforizando la vida mientras jugamos, mientras empezamos a soñar con hacer con la redonda lo que hace el papi, que nos baila a gambetazos, pero sólo unos años más tarde se caga para ganarnos a las cabezas. Si hasta se la tiramos alta a propósito, para que la baje de pecho y valga la gambeta, porque estamos bien ligeros y cuando el viejo la viene midiendo al pectoral ya nos tiene quitándosela, pisándosela como nos enseñó, y encima el gol vale doble!
    Cada patio tiene un arco, una barrera y un fútbol. A mi me gustaba uno entre dos limoneros chiquitos y nada de facilidades: la barrera era la soga llena de ropa tendida y los palos me quedaban sin ángulo. Estaba obligado a la comba y a que baje apenas pase la soga, sino se iba arriba del travesaño. Acomodaba el bidón de jugo de dos litros, porque fútbol había poco en esa época, y mientras tomaba carrera empezaba el relato. Cómo me gustaba Perazzo para empezar esos desafíos, aunque él no los pateaba en Boca, pero a esa edad uno agarra el más nombrado, o el que se acuerda, si a veces lo tenía que hacer patear al loco Gatti enseguida nomás.
    Entonces, recuerdo, eran tres pasitos cortos y meterle la pata bien abajo al bidón, medio arrastrada y frenando la trayectoria en seco para que el plástico busque altura. La comba era cosa del viento y de mandinga, pero por ahí la agarraba y se metía. Cómo lo gritaba... estaba totalmente solo, pero con el pecho inflado de verdad!
    La cosa cambiaba cuando el bidón ya mugriento se arrastraba por alguna sábana recién tendida. Era la hora de practicar el pique corto.
    Uno no se acuerda bien, pero en un momento se imaginó en serio, pero de verdad, en Boca o en River... o, por más tímido que fuera, en la primera de su pueblo, ahí dónde estaban su ídolos. A partir de ahí se sigue disfrutando de la pelota, pero ya hay un elemento nuevo, estamos en deuda con nuestra ambición. Y empezamos a entrenar en las inferiores, y vemos que no es tan fácil la cosa. Se corre demasiado y se goza bastante poco.
    Algunos dejamos ahí la pretensión de Bombonera, a la par que fuimos respondiendo a la pregunta clave de los mayores con un “médico me gustaría”, o bombero, o veterinario. Pero pareciera que somos inmortales y seguimos pensando que en algún momento nos dedicamos y listo!
    Y el tiempo pasa, y vamos mejor con los estudios que con el fútbol, y un buen día nos juntamos en la plaza y, mientras hacemos unos toques esperando al resto, alguno comenta que el Negro Pérez se fue a probar a Rosario. Y se hace un silencio, porque el Negro tiene la edad de uno...
    Y uno va optando por distintas cosas que no son el fútbol profesional y algo se va quebrando por dentro, algo que nos dice que más vale seamos buenos en lo que hagamos, ya que lo mejor lo descartamos.
    Y uno no se acuerda mucho, pero hay un día en el que se sienta a ver un partido y la noticia es que hay un pibe en el banco de Boca que ese día podría debutar, y cuando dicen su edad te la ponen en el ojo! Y en el segundo tiempo el vago entra y la rompe! Bien puesta en el ojo!
    Ahí viene otro renacimiento futbolístico, y uno se pone las pilas para integrar, o fundar e integrar algún equipo del medio en el que está: la facu, el grupo de amigos...
    Y, si uno tiene suerte, mientras eso va pasando, le van cayendo fichas como un día le cayó la Matrix a Neo, y la muerte futbolística segura da paso a la visión del Alma del fútbol, y como por inyección en la nuca te queda clarito que ella está lejos del fashion Boca o del Bheckamadrid. Y en el mismo sopapo despertador te queda bien firme que el Alma del fútbol está en ese amor a una camiseta que conocen unos pocos, en saber que esos pocos te van a bancar a muerte adentro y afuera. En ese que salió a correr solo por mejorar un cachito para el sábado siguiente, para ayudar algo más al compañero que necesitó seis pulmones. En el que le dedicó un buen rato a imaginar un logo, y en él nos unió más todavía. En el que nos regaló una frase que es nombre de guerra en el fútbol y en la vida. En el que va cada sábado, lesionado o recién operado, sabiendo que no entra, pero deja todo igual que el más transpirado. En el que te pregunta cómo te sentís para jugar pero también cómo te sentís con respecto al drama cotidiano que le contaste la semana pasada.
    Todo corazón, y no lo mancha ningún cheque a fin de mes, ni primas ni hermanas. Ni derechos publicitarios ni transferencias millonarias. Un montón de cosas nos faltan respecto a los clubes que soñábamos. Pero ahora sabemos que porque nos falta eso sólo nos queda una cosa: El Fútbol.
    A los que me hicieron tocar la gloria con un par de campeonatos a puro huevo, a los que me despidieron con un abrazo de tres años y medio, a los que me recibieron con una diez en la espalda, un aplauso y un tiempo en nuestras canchas, a los que sin verme ya me conocían, a los que se encargaron de que la memoria de uno no se vaya con uno al otro lado, al amigo que me esperó con una familia y una pieza en su casa, al enorme cariño de todos ustedes, los muchachos del querido Dalla Costa, que a sólo horas de haber vuelto al pago me hicieron sentir como nunca, algo que no tiene precio, algo maravilloso de verdad, sentir en el alma que llegué a MI CASA.
    Gracias de corazón a todos!
    Maxi.

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  5. Hay días que ya nada te motiva. Saliendo por Acera del Daro, pienso en que difícil fue conseguir a los 8. Ya no importa si llegamos a 10, dicen que la cancha es chica.
    Miro a mi lado, y camino Alessio, un italiano de 22 años que dice saber jugar…habla más de los que sabe, y me recuerda mucho a mi país.
    Sigo caminando al encuentro lluvioso de los “otros”, y mi respuestas fisiológicas se incrementan, siento el palpitar de los minutos previos al partido, siento el golpe de ansiedad y mi mochila vibra, hay algo que esta por estallar…en el silencia de una oscura noche Granadina…
    Se que me espera pálida, pero viva, también se que nada volverá a ser como antes, cuando éramos 12, 14 e incluso hasta 18…
    Se que no volverá, pero ella está intranquila en el fondo de la mochila, tapada por las medias negras y las sucias vendas. Me mira del fondo, y respira nuevamente el aire, el negro esta cada vez más negro, y sus rayas blancas me recuerda a la libertad compartida en la liga Jujeña.
    Hoy salió nuevamente a la cancha, y con ella el viejo sudor del abrazo de todo Dalla Costa…
    La miro nuevamente…y veo que dice Juan, es la 4.
    Es la de Dalla Costa…y vuelvo a respirar con la nostalgia del recuerdo el saber de donde vengo, y a donde voy.
    Algunos comprenderán lo que es estar fura de casa, por eso, aquellas pequeñas cosas se agranda a la distancia, los pequeños gestos, la pared que tiramos por la derecha con un amigo, el pique largo al vacío, el auuhhh…que salía cuando corría por la derecha, y la incasable compañía de un equipo.
    Allí, la negra de pequeñas rayas blancas…todo lo dice, todo lo tiene.
    La pelota me llama. Ya es la hora. Otro partido…la historia continua

    Gracias Maxi por tu re-encuentro

    Con huevo y alegría

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  6. iba a escribir otra cosa pero ahora me voy a secar los ojos y a dormir. Abrazo grande!!!!

    the trumpet

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