sábado, 19 de julio de 2008

LA LECCION DEL MAESTRO

Shuang Tzú se acercó a David Gómez: y David se regocijó. Apartaron unas piedras del río, y Peralta por una ladera descendió.
Y Shuang Tzú, ojos abiertos, advirtió la presencia de Marcos Luna, y Marcos se sentó.
Unas nubes esparcidas como Pollock por los cielos. Y Shuang Tzú esperó al Negro Palacios, y al Facu Contreras, y dijo:

Los que utilizan bien las armas cultivan el camino y observan las leyes- y llamó a Slatan, Guglielmone y Gimeno a no reaccionar.
Miró a nuestro director técnico: El arte de la guerra se basa en el engaño. Por lo tanto, cuando es capaz de atacar, ha de aparentar incapacidad- y llamó a Martín, al Guille; y al Fer a regular los embates frontales, y a Guglielmone y a Rolo a no picar siempre.

Y agregó Shuang Tzú: se debe golpear al enemigo cuando está desordenado- y le pidió al Fede que no erre más goles- hay que prepararse contra él cuando está seguro en todas partes- y pidió línea de cuatro y doble cinco cuando La Legión o San José están bien armaditos.

- Hay que evitarlo un tiempo cuando es más fuerte -y miró a David, y le dijo que a veces hay que saber meterse atrás y no buscar golpe por golpe.

Y se dirigió a Martín: si tu oponente tiene un temperamento colérico, intenta irritarlo. Si es arrogante, trata de aumentar su egoísmo. Como hiciste contra el cinco de Klan del Felpa.

- Un mate, maestro?- Marcos Luna, vestido con la camiseta de Hungría, le mostraba su bondad.

Shuang Tzú miró hacia arriba, y luego el piso. Los verdes pastos aún permanecían húmedos. Y en silencio.

Gimeno descendió por el sendero crispado, haciendo saltos de cabrito. Y mostró su preocupación:

- Eloooooo, maestro. Quisiera saber si es malo o bueno llevar chicas a la cancha, para que nos vean.

Shuang Tzú miró al sanjuanino: Los alimentos son la felicidad del pueblo. Los habitantes constituyen la base de un país. Hay que respetar estos hechos, pero ser sobrio y austero en los gastos públicos.

- Eloooooooo. Gracias maestro.

Y Shuang Tzú volvió a hablar a David: Maneja las tropas como si fueran una sola persona. Empleálas en tareas reales, pero no les hables. Motívalas con recompensas, pero no les comentes los perjuicios posibles.

Un silencio de cuarenta minutos, en el Dique la Quebrada, apenas a metros del Prado de la Alegría. Un pájaro hacía bou bou y los árboles se restregaban contra el viento del sur.
Con las manos en un polar, The Trumpet Man caminó hacia el grupo.
Y con voz ronca habló:
- Vamos así hacemos un asado en casa que esta noche está vacía, mis viejos se fueron. Vos vení maestro si querés.

Y Shuang Tzú miró a Trumpet. Y se levantó, apoyado en sus brazos y dio un brinco y cayó de pie, gritó como una grulla y se alejó, casi volando colgado de una estela de nube lluviosa.

- Zarpado- dijo Trumpet, que inmediatamente le hizo un acople de micrófono.
- Otro mate?- agregó Luna, extendiendo su mano.

Al llegar la noche, en el campamento solo se veía el humo entre Peralta y Pardo, los choris regando grasa en la improvisada parrilla y los jugadores en la vera del arroyo admitiendo, por fin, que nadie pierde nueve series por penales en el mismo río.

7 comentarios:

  1. Qué linda tarde en el prado de la Alegría, en la víspera del día que nos define, o mejor dicho en EL DIA. Aguante el Negro Fontanarrosa, el Gonza (nuestro canalla propio) y la amistad, sobre la que el maestro Shuang Tzú me dijo: "es lo máximo a lo que podés llegar, Peralta sun". Y se alejó sabiendo que clavaba una duda en mí, sobre si la amistad es lo mejor o yo no doy para otra cosa... Esperé a que su silueta se difuminará, le tiré una tarasca al chori y susurré "andá a cagar... maestro"
    Al rato tenía un sms que decía "te escuché hijo, gracias pero ando con estreñimiento".

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  2. Hoy es domingo, día del amigo.
    No he visto nunca a Shuang Tzú. No me dijo nada.
    Esta mi mate al lado, temeperatura justa, la llama baja de la cocina roja.
    Los domingos por la tarde, entro...
    Nunca puede ver al maestro Shuang Tzú.
    Los domingos suelen ser grises. Por eso me junto con mis amigos.
    No se de las internas (halcones y palomas), tampoco de los nuevos apodos (Slatan?),
    Solo se de la suerte de los penales.
    Del don que el "maestro" dejo caer sobre los autores de estilos claramente diferentes (Julián y Maxi), en su composición de la compañía lejana.
    Los domingos, lloro, pienso, y “me cago de risa”.
    Los domingos juego al fútbol en Dalla Costa.
    Espero que la pelota entre, y que pueda jugar alguna semifinal.

    Juan

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  3. un dedo corría por el suelo. Más bien era una parte del dedo. Yo la veía, nadie más. la gente hacía sus cosas, pero yo miraba el dedo. Era una imagen fuerte, me hacia cagar todo. Nadie más lo veía. Seguía rodando hasta que se detuvo. No tenía sangre, era raro eso. No se de quien puede haber sido ese dedo ¿Por qué no lo reclamaba? Yo veía el dedo y nadie más. Era una imagen fuerte. Era un dedo

    The Trumpet

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  4. estan re fumados uds... O La abstinencia les hace delirar mal.
    Que se mejoren.

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  5. Por no Culiar les pasa.

    Gimeno

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  6. culiar, culean todos (menos yo), pero que pasa cuando necesitas sacar la magia por otros lados?

    que salga esa magia Marino. Sos un grosso!

    Trumpet

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  7. Genial Julian!... aunque Gimeno tendría que "calmar" ese verbo.

    David

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