domingo, 7 de septiembre de 2008

CODIGOS


Hoy tenemos la variable dependiente expuesta: la Liga Jujeña nos expulsó de la Liga. Entonces podemos reinterpretar hechos tratándolos como variables causales o explicativas. Y de allí deducir los códigos de los organizadores.

En los últimos tiempos se habla con frecuencia de los códigos (de los delincuentes, del fútbol, de la amistad) tal vez para suplantar una ley o moral macrorregulatoria que, desde el estado y la religión dominante, en nuestro país, han declinado hasta ser el objeto de las más acentuadas burlas y sospechas.
Examinamos los Códigos de los organizadores de la Liga Jujeña:

Hace tres semanas, antes de un partido, en la mesa de control un organizador apodado Fer me dijo que “la división C no se iba a jugar más”. Al mismo tiempo, otros equipos y en la calle misma tenían volantes promocionando el torneo: traducción a códigos comportamentales:

Los jujeños pretendían echarnos del torneo haciéndonos creer que no se disputaría más!

Creerían que no tenemos Internet, contactos u otras fuentes de información para enterarnos de que sí?
Al decirlo, agachaban la cabeza, nunca miraban a los ojos y tampoco se les entendía claramente lo que querían decir. Hasta en su dimensión literal: imaginar la proposicional.
Una de las características de los códigos organizadores jujeños de la liga es no decir las cosas “de frente”. Solo elípticamente se podía entender lo que iban transmitiendo. A un volante central del equipo se le dijo: si no te gustan los árbitros de la liga, no hay problema, buscáte otra, ustedes la pueden pagar.
El jugador quedó asombrado: era una más de las observaciones habituales, dichas en un tono de fastidio y broma.

En la sección autocrítica surge allí un interrogante necesario: porqué los jujeños habían planificado echarnos y solo pudieron decirlo abiertamente aprovechando el contexto confuso de la final de la copa de campeones?
Porqué reclamamos tanto? En un post anterior se mencionó: no se puede exigir un nivel o infraestructura X100 si se paga X25.
Se puede pedir que se castigue más la patada que el habla?

El nuestro es un equipo claramente no- violento. En años de juego jamás se le pegó a un árbitro ni a un rival. Jamás hubo golpes de puño con alguien. Es un equipo que no comete foules fuertes. Caractarización básica: Dalla Costa es tranquilo, no pega. Expulsado de una liga??
Muy raro.

Pero habla.
Ustedes queman cabezas- se podría escuchar, si los organizadores hablaran.

Vamos a otorgar caridad racional y suponer que esa es la razón por la cuál fuimos expulsados: no se puede asociar a la final, como dijo Vera anoche, porque la decisión ya había sido tomada. Ayer nos enteramos de reuniones y pagos que los equipos ya habían hecho y participado, y nosotros no fuimos avisados. Hay equipos en supuesta espera que ya habían sido confirmados en nuestro lugar.

Es Dalla Costa un equipo con el cuál no se puede hablar, al cuál no se le puede realizar una advertencia?
Uno de los principales códigos de la organización, repetimos, es no hablar. Si algo les molesta, no lo van a comunicar. En sus expresiones se podía apreciar que insistían con: ustedes pueden pagar otra liga, váyanse.
Es muy extraño teniendo en cuenta que desde el equipo había una sensación de agrado y conformidad con este ámbito. Y también que hay una gran amistad entre los organizadores y un equipo verdaderamente violento, dentro de la cancha, que reparte piñas y patadas como estilo de juego.

En el asado de los Gitanos, realizado anoche, ideas consensuadas surgieron para abducir esta situación:

- Al quejarnos, acentuamos los puntos débiles de su organización
- Les importa poco que un equipo pegue, mientras no les diga nada
- Son sumamente sensibles a cualquier crítica, prefieren jugadores dóciles que no reclamen nada

Y vienen de una estructura feudal donde los que dominan no toleran que alguien les reproche nada.

Esas ideas se vertieron entre los duelos a los Gipsy King de Maxim y Camarón. Entre los cantos telúricos del Chango Gimeno y los famosos que le cantan al Deportivo.

Se lo dijeron a David, en el tumulto, cuando terminaba la final de la copa de campeones: lo sabían hace un mes. Lo deslizaban, sentados en la mesa de control: no miran a los ojos, se abrazan a los que pegan, tienen miedo de confrontar. Llegan en sus autos, caminan displicentes hacia los costados, extienden tres palabras por minutos. Con las manos en los bolsillos, sacan el éxodo y la tradición como carta de presentación.

- Esta es una liga de amigos

Ok. Nos vemos…
Seremos inaguantables? Nuestras madres nos querían y nos quieren.

2 comentarios:

  1. La historia la escriben los que ganan... por eso no se puede expulsar a un ganador de una liga, pero si se puede expulsar al perdedor y acusarlo de "malas personas, malos comportamientos y capaces de herir sentimientos"... si estaba premeditada nuestra expulsión, ¿no pudo haber estado premeditada un arbitraje dudoso?

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