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Cristian Trumpet Brugiafreddo descansa en su habitación de la calle Independencia: muy cerca suyo respiran una computadora, un mp 3, la información de dos cd s y su asombrado celular. Abre la boca mientras respira, sus ojos de chino de San Telmo apenas pueden oscurecer lo que ha visto durante el día.
Ordenados por Arne Saknussen, poco a poco, en misión albinegra, nos introducimos en la mente de nuestro arquero, el célebre Trompeta.
Y si: después de tantos comentarios, cantos, himnos, polémicas y espectaculares atajadas, queríamos ver…
Qué había ahí adentro…
Viaje al interior de la mente de Trompeta: en primer lugar el tono predominante es el naranja: la respiración de Trumpet hace que unas delicadas telas rojizas se recuesten sobre una especie de polvo sanguíneo, apenas húmedo, que se ofrece como desierto de fondo. A la derecha hay una formación que llama la atención: nos dirigimos hacia allí.
Hay un grupo de fósforos, muy delgados, enhiestos formando números cuatros. Más allá, un cartel que dice: CAUSA.
Trumpet- pensamos… Trumpet.
Sus movimientos manuales, su voz gruesa, sus ciclos de sueño y vigilia. Nos sentimos en el interior de la cabina de comandos de todo lo que, cuando vemos, decimos: Trumpet.
Hay una caída: una especie de cataratas verdes que dan a un ciego azul. Nos acercamos, hay un pequeño canario moribundo aleteando. Desde que Trumpet nació, el canario baja y sube de la costa, tapándose los ojos con una pluma amarilla. Y muere y vive, como un reloj.
Son los tiempos de Trumpet- pensamos- regulados por el canario moribundo.
- Con razón llega siempre tarde- dice Foxas D´Um, acercándose al pájaro. Luego lo toma con sus dedos.
Es frágil y suave. Un movimiento brusco de cabeza parece despertar a Trompeta: Arne Saknussen le pide que lo deje nuevamente en la arena.
Hay dos agujeros como oboes sobre un cielo trompetezco: nos acercamos, hay música.
Es la voz de los padres de Trompeta, que llega masterizada y rapeada con fondos de ula – ula. La voluntad parece conectada por un cordón umbilical entre azul y negro.
Hay dos tambores, también, que van marcando las percepciones de Cristian. Son los tambores Mallumet, y hacen que, en última instancia, para Trumpet el arte significa lo que acontece.
- Con razón- dice Foxas- Trompeta ama a Rimbaud. Y a Verlaine, por supuesto.
- Trompeta alguna vez leyó a Mallarmé? Y a Baudelaire?
Trompeta- dice un caracol que yace sobre la sangre de arena- deberías leerlos.
Diez minutos después, salíamos por el oído derecho. Trumpet, tendido, tenía puesta la camiseta del banco nación, un short blanco y medias negras.
A su lado, respiraban los artefactos eléctricos y paseaban padres. También, sus recuerdos de Ushuaia, Santa Fe y Mendoza.
Foxas, riéndose, corre hacia la puerta: cuando ya ganó la 27 de abril abre su mochila y muestra el pequeño canario, muerto. Censurado.
Saknussen quiere reirse, se preocupa: teniendo en cuenta como era antes, imagínense como será ahora!- y mira el regulador del tiempo, plumas amarillas desordenadas, mientras suben al corazón de un taxista que mañana repartirá toda y la mejor cocaína…
Ordenados por Arne Saknussen, poco a poco, en misión albinegra, nos introducimos en la mente de nuestro arquero, el célebre Trompeta.
Y si: después de tantos comentarios, cantos, himnos, polémicas y espectaculares atajadas, queríamos ver…
Qué había ahí adentro…
Viaje al interior de la mente de Trompeta: en primer lugar el tono predominante es el naranja: la respiración de Trumpet hace que unas delicadas telas rojizas se recuesten sobre una especie de polvo sanguíneo, apenas húmedo, que se ofrece como desierto de fondo. A la derecha hay una formación que llama la atención: nos dirigimos hacia allí.
Hay un grupo de fósforos, muy delgados, enhiestos formando números cuatros. Más allá, un cartel que dice: CAUSA.
Trumpet- pensamos… Trumpet.
Sus movimientos manuales, su voz gruesa, sus ciclos de sueño y vigilia. Nos sentimos en el interior de la cabina de comandos de todo lo que, cuando vemos, decimos: Trumpet.
Hay una caída: una especie de cataratas verdes que dan a un ciego azul. Nos acercamos, hay un pequeño canario moribundo aleteando. Desde que Trumpet nació, el canario baja y sube de la costa, tapándose los ojos con una pluma amarilla. Y muere y vive, como un reloj.
Son los tiempos de Trumpet- pensamos- regulados por el canario moribundo.
- Con razón llega siempre tarde- dice Foxas D´Um, acercándose al pájaro. Luego lo toma con sus dedos.
Es frágil y suave. Un movimiento brusco de cabeza parece despertar a Trompeta: Arne Saknussen le pide que lo deje nuevamente en la arena.
Hay dos agujeros como oboes sobre un cielo trompetezco: nos acercamos, hay música.
Es la voz de los padres de Trompeta, que llega masterizada y rapeada con fondos de ula – ula. La voluntad parece conectada por un cordón umbilical entre azul y negro.
Hay dos tambores, también, que van marcando las percepciones de Cristian. Son los tambores Mallumet, y hacen que, en última instancia, para Trumpet el arte significa lo que acontece.
- Con razón- dice Foxas- Trompeta ama a Rimbaud. Y a Verlaine, por supuesto.
- Trompeta alguna vez leyó a Mallarmé? Y a Baudelaire?
Trompeta- dice un caracol que yace sobre la sangre de arena- deberías leerlos.
Diez minutos después, salíamos por el oído derecho. Trumpet, tendido, tenía puesta la camiseta del banco nación, un short blanco y medias negras.
A su lado, respiraban los artefactos eléctricos y paseaban padres. También, sus recuerdos de Ushuaia, Santa Fe y Mendoza.
Foxas, riéndose, corre hacia la puerta: cuando ya ganó la 27 de abril abre su mochila y muestra el pequeño canario, muerto. Censurado.
Saknussen quiere reirse, se preocupa: teniendo en cuenta como era antes, imagínense como será ahora!- y mira el regulador del tiempo, plumas amarillas desordenadas, mientras suben al corazón de un taxista que mañana repartirá toda y la mejor cocaína…
Cuantos nombres. Cuanta información. Cuanta ignorancia.
ResponderEliminar-La cajita felíz es solo para los niños?-
-No señor, ud también la puede comprar-
-Deme dos con la jirafa-
-se lo debito de su cuenta corriente?-
-Por supuesto-
-Si, lo se, Por eso antecedí a su decisión-
-No. Lo que quiero decir es "afirmativo". Me explico?-
-Es que uds mismo no se entiende?-
-Solo mientras duermo, pero eso a ud no le importa-
-Claro que si! son $30-
-De que me stá hablando? por una cajita felíz?-
-Ud mismo lo dijo-
-En que momento?-
-Lo estuvo repitiendo constantemente, con esa arruga-
-No me toque, insolente!-
-Disculpe, son las reglas del lugar-
-Y en que me favorecen? Mi cajita feliz ya esta fría-
-Y en donde dice que debe ser caliente?-
-En esos labios que me estan matando-
-eh, preferiría que no nos vieran. Sigame-
-Donde estamos!?-
-calmese! todavía no nos fuimos a ningun lado-
-Es que siento frío en la piernas. Eh... solo deme mi caja y vayase!-
-Ud es el que tiene que irse-
-Como pretende que abandone mi propia mente?-
-Eso averíguelo usted! y no juegue más con mi paciencia que ya tengo suficiente con gente de su estilo-
-No le permito!-
-No le permuto!-
-No, le permito!-
-No le per-muto-
-Per-MI-TO!-
tRUMPET
no inflen a este personaje.
ResponderEliminarTrompeta sos un genio y el personaje mas singular del equipo, los que te critican son envidiosos o seguramente celosos.
ResponderEliminarademas cagones por no poner su firma, cobardes
cuchuflo