ADRENALINA

“Esa es la adrenalina que le falta al burgués” dijo una vez Maxi Peralta mientras contaba una anécdota sobre el partido barrial que terminó con los derrotados corriendo a los tiros a los vencedores, que hubieron de arrojarse a un canal para salvar sus pellejos.
Esa adrenalina se encuentra en los diversos deportes “de riesgo” como puede ser el rafting, el puenting, la tirolesa, la moto de agua con parapente, el parapente, el paredón. En el Torneo Quilmes, a Dalla Costa le ofrecían dos tardes de riesgo en el Atuel, si ganaba el campeonato: y Dalla Costa miraba azorado como los deportes de riesgo suponen también una vía de descarga adrenérgica para las vidas ordenadas y burguesas que saben lo que hacen y a fin de mes, cuentan la platita. Entonces, estas familias sinceras, conservadoras y prósperas, tienen una pared por escalar, una soga de la cuál colgar, para luego regresar a la dialéctica de conveniencias y razones que ordenan los llamados por celular diarios, la vida diaria, el diario de los perros.
Así, nos sumergimos en el mundo Dalla costa para sentir otra vez el horror: el 62% del plantel no tiene pareja estable. El 58% va de discusión en discusión y cada 14 días resuelve una a su favor. El 69% del plantel no tiene asegurado llegar a fin de mes, y el 80% tiene incertidumbres con su vida económica.
Más de una vez surgió la idea de crear un servicio de prostitución foucaultiano, con rameras vestidas de visigodas, habitaciones con música de diferentes países y una cancha de fútbol cinco nudista en el hall central. Sería regenteado por los defensores del equipo, custodiado por los volantes y promocionado por los delanteros. El arquero elige.
Cuando a Dalla Costa le hablan de deportes de riesgo mira su vida y no se si quiere más adrenalina. No hay mucho que desordenar como para probar lo desordenado. Entonces se mete en los carritos de cerveza y panchos, como le gusta a Martín. Esos bares chiquitos que son atendidos por esposos golpeadores, que pueden tener uno o dos bebés, que fríen las empanadas.
Cuando le presentan la publicidad de los dos narigones, se identifica con el que está afuera del auto. Cuando ve las publicidades de seven up, gancia y claro, piensa que este mundo es cada vez más de otros. Sin embargo, en Villa Carlos Paz hay tarjetas distribuidas en el piso. Si te agachás, las podés ver.
El mundo tiene destinatarios, dalla costa. Y tu mujer también- nos gritó el 9 de Indiana, y desde un carrito nos decía que ya nos iban a agarrar y hasta nos gritó:
- Etcétera, etcétera!
Etcétera… y seguíamos creciendo, y viendo volantes de un torneo senior que se abre en marzo. Para mayores de 35. Los más pibes seguían comentando el partido que pasó: a los otros, les corría la adrenalina de la guadaña por venir…