martes, 20 de enero de 2009

DE ROQUE SAENZ PEÑA

En los costados de la cancha las mujeres parecen más y más hermosas.. En Juniors, los rivales siempre llevaban una o dos hinchas para alentar sus constantes desatinos con la pelota: eran mujeres, con el cabello lacio, y al separarlas de los rivales, organizadores y cancheros, relucían como promesas en un desierto de palabras. Las mujeres, en lugar de gastar en un Spa para sentirse bellas, deben ir a ver los partidos de una liga amateur.

La explicación del fenómeno no reside en la competitividad de estímulos ni en la famosa saliencia por contraste. Muy lejos de pensar eso, nuestro ex número cinco, el Javi de Roque Sáenz Peña, pudo desarrollar su tesis sobre tal fenómeno: “se trata de un descanso de la sobrestimulación que el capitalismo hace de la mujer común al bombardearla con pilotes de representación infla cremas…”
El Javi se recibió con semejante marco teórico: “Una vez que el capitalismo neocordobés se apodera de la calle Estrada, cruza con buenos Aires, la estudiante comienza a inflarse gomas de helados, a ponerse siliconas y recitar canciones pop, y se arma el quintal en san Francisco.”

En un práctico de la materia clínica, agregó: “entonces, víctimas de su propia inconsistencia, la mujer se agolpa en la perfumería y consume el mencionado perfume con musculosa blanca, y anda de correrías en desenfreno sin par.” El Javi llegaba siempre un día antes o después al partido. Con su bicicleta negra, esperaba que alguien pase, le salude y le recuerde más o menos la cercanía del match. Por las dudas, tenía los botines colgando del cuello. Miraba y miraba, como quien ve detrás de una bandada de gaviotas, las carabelas…

“La mujer que al amor no se asoma, no merece llamarse mujer…” y concluyó su exposición, y el público aplaudió a rabiar, llegando el mediodía. El fenómeno quedó parcialmente sin explicar- le sugerimos a Javier.
- Y si… le dejo la perfección a dios.

Tenía un aire místico, un andar como sobrevolado. Una tarde estaba el Javi embarrado, y al divisar su caminar, constatamos que no dejaba marcas en el piso. Nos acercamos porque parecía iniciar una nueva explicación:
- Cuando una mujer se acerca a un partido de fútbol, a un estadio, se mezcla con el marco de los hombres. Es un contexto transpirado, de palabras duras y palmadas en la espalda. Cuando una mujer se introduce, suaviza, lubrica. Disminuye el rendimiento de los jugadores.
- Pero, porqué todas son hermosas en una cancha?
- Porque tienen fiebre- y se alejó
Se subió a la bicicleta y se metió entre la humedad de los pocos árboles que aún quedan en pie en la devastada ciudad universitaria. Nos quedábamos con la insatisfacción de la explicación parcial, la que yo no es causa sino solo un rasgo. Una descripción que acompaña.
Javi entendía que así podíamos mejorar nuestras chances de ganar: inventariando rasgos, abandonando la creencia en conexiones causales. Fumaba un “amigo bigote” como él le llamaba y esperaba el pitazo del referí.

Lo expulsaron dos veces, le sacaban amarilla siempre, jugaba más que bien y por años fue nuestro embajador imaginario ante los retos simbólicos y espartanos de medicina, odontología y kinesiología.

4 comentarios:

  1. Un abrazo grande a ese quitador nato, el Javi Gramajo!! Qué jugador! Lástima que se equivocara tanto respecto de fechas y horas de los partidos. Lindo homenaje! Lo habremos invocado? Vendrá por Córdoba? Quizá llegue tarde.
    Maxi
    PD: Armen un partido que yo les hago el asado.

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  2. CARACOLES ESE SOY YO!!!!!!!!!!!

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