Los goles de Hernán fueron poemas a la contundencia: jugando de enganche, tomó la pelota y encarando con el cuchillito torpedo en los pies, metió tres gambetas de esas que engañan la posición siguiente y clavó furibundos remates en los ángulos del arco. Las pelotas las tomó poco más del medio campo, y avanzando entre rivales, decidió por la red. El lobo Rojas también tuvo una noche punzante, recibiendo un pase- puñalada de Hernán y definiendo a un costado del arquero.
El rival dejaba espacios libres y los pretendía ocupar en base al juego fuerte. El número ocho tenía una extraña actitud combativa, extendiendo sus brazos sobre los rostros de los dalla costianos. la defensa hablaba todo el tiempo, se quejaba, casi de un modo absurdo. Todas las jugadas eran motivo de un reclamo airado, de una denuncia hacia un referí ausente, es decir, a un Otro que no escucha.
Y nos quedó la gran duda: No deseados por un padre?
Mujeres, mujeres.
El albinegro utilizó el toque rápido como arma, el contraataque como idea, la paz como estrategia. sin embargo, hubo figuras que iluminaron la noche... Actuaciones colmadas de talento. Y ahí queremos decir, casi gritar:
Trompeta Brugiafreddo! atajó un penal, varias pelotas esquinadas, fue seguro, llegó a tiempo, tenía olor a buen champagne, no había dormido, es decir: Trompeta en su esencia; y nos preguntamos, que va a ser de tí, Hombre Trompeta, que va a ser de tí?
Hernán Guglielmone! brillante, goles exquisitos, remate misil, habilitaciones ingeniosas y, sobre todo, conducta solidaria. Ni siquiera estuvo tirado más de una vez fingiendo un foul, no se peleó con los defensores rivales, en fin: de otro nivel (jugará el Argentino A para Racing de Córdoba?)
Alejandro Cuchuflo Gimeno! mordiendo talones, enrulando pinzas, corriendo más de 11000 metros duarnte todo el cotejo.
En el nombre de estos tres, los espejos de todo un plantel. Que supo diferenciar entre un amistoso, donde cualquiera se prepara, y un partido oficial, donde el silencio se disfruta.
Dalla Costa 4, Vélez 0. Un comienzo para ilusionar, aunque después perdamos y volvamos a la nada original...